Es un libro genial donde se entremezclan un gran número de historias. En un principio se nos
presentan piezas de un puzzle que debemos encajar para hilar una narración. Y cada una de estas piezas termina asemejándose a una colección de muñecas rusas.
La vida de un edificio con los sucesos que pueblan cada uno de sus pisos, con su pasado y su presente (¿no es delicioso recorrer una construcción con historia –Historia- ? No digamos vivir en ella...)
Una galería de personajes, de entre los que destaco al millonario Bartlebooth. Exponente del absurdo de la búsqueda del sentido de la vida. (¿Alguien lo encontró ya?).
Él es, para mí, el ejemplo de lo que se puede llegar a desarrollar si uno se aburre de la existencia y tiene medios y voluntad férrea para defender un proyecto.
Bartlebooth, Ignatius J. Reilly, Comeclavos, Bertie Wooster, ... personajes que no apreciaba en un principio al conocerlos, pero que de alguna manera creo que ayudan a comprender ese sentido absurdo de la vida sin el cual sería a veces difícil estar en ella.
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